Indudablemente, todos reconocemos que el valor de una compañía lo compone el capital humano, el producto que comercializa, la visualización del mismo a medio y largo plazo, la contención de sus gastos y la correcta asunción del riesgo. Además de estos elementos existen otros requisitos fundamentales. Estos en ocasiones no reciben la consideración y relevancia necesaria. Debido a ello, nos encontramos en algunos casos, con una carencia de imagen empresarial, ubicación comercial y representatividad. Estos factores suponen un valor añadido a la empresa que puede marcar la diferencia con la competencia.
Nos encontramos en un mundo tecnológico y globalizado, donde se puede elegir el lugar de trabajo y ubicación empresarial. Contamos pues con la opción de elegir la ubicación que mejor nos convengan, por comodidad, cercanía o por precio.
